Echarse al campo
Javier Martínez Los lamentos y el legítimo miedo no pueden distraer de la urgencia de, esta vez sí, tirarse al campo. Pero no para la defensa a la desesperada de los maquis, sino para una contraofensiva que, además de tejer una red de alianzas, confianzas y discurso en el mundo rural, ofrezca un futuro digno.